Terrenos arcillosos y estructuras frágiles: una combinación mortal
Expertos analizan situación de Haití; instan a la República Dominicana a actuar con sensatez ante eventos sísmicos
La comunidad científica no previó que sería tan pronto, pero ocurrió. Tras 11 años de aquel fatídico terremoto en Haití que dejó cerca de 300 mil muertos (según autoridades haitianas), la tierra volvió a temblar el pasado sábado con un resultado de pérdidas humanas y daños en infraestructuras y edificaciones que aún se cuenta en la golpeada nación.
La ruptura ocurrió en la falla Enriquillo-Plantain Garden, la misma que atraviesa la parte sur de la isla La Española y que, según registros históricos, devastó Azua, República Dominicana, en 1751, y provocó el desastre sísmico en la capital haitiana Puerto Príncipe, el 12 de enero de 2010.
De acuerdo con el geólogo Osiris de León, la magnitud de los daños de un sismo lo determinan cuatro factores: distancia del epicentro, profundidad de la rotura sísmica, el tipo de suelo donde están levantadas las estructuras y la calidad de las edificaciones. Elementos que coincidieron para que el terremoto de Haití de 2010 pase a la historia como uno de los más devastadores de la región en las últimas décadas.
“El epicentro estuvo muy cerca de la capital, del núcleo principal poblacional de Haití, estuvo a penas a 15 kilómetros del centro de Puerto Príncipe, muy poca profundidad, 10 kilómetros. Tercer factor, fue de magnitud 7. Cuarto factor, las estructuras estaban levantadas mayormente sobre un suelo arcilloso flexible. Todo lo que se cayó en Puerto Príncipe estaba sobre arcilla y arena”, explica.
Por lo general, se hacen cálculos estadísticos en función de la repetición de los terremotos, sin embargo no hay un patrón exacto, se utiliza la data estadística histórica para hacer una proyección de cuál podría ser el periodo de recurrencia de un evento sísmico mayor.
“Lo que se vio este sábado fue un terremoto donde no se esperaba que ocurriera en tan corto tiempo, porque los terremotos en la zona de Puerto Príncipe y sus alrededores pueden tomar 50, 60 y 70 años, sin embargo en 11 años se produjo otra rotura, aunque no fue en el mismo punto, fue del lado oeste”, sostuvo.
Al respecto, Héctor O’Reilly, presidente de la Sociedad Dominicana de Sismología e Ingeniería Sísmica (Sodosismica) destacó que si en algo deben concentrarse los esfuerzos para evitar daños como los ocurridos en el vecino país, es justamente en la previsión de la construcción.
“En Haití las construcciones son de muy mala calidad porque son construcciones, la inmensa mayoría, que no han sido diseñadas por un profesional de la ingeniería ni de la arquitectura, sino que son construcciones que se han hecho de manera espontánea. Evidentemente que si no hay un diseño desde el punto de vista estructural, siguiendo un diseño de código sísmico es muy difícil que no hayan efectos adversos”, puntualiza.
Según explicó el ingeniero geólogo Osiris de León, en República Dominicana hay 14 fallas de las cuales dos tienen capacidad de producir terremotos de magnitud superior a siete (una al norte y la otra al sur ).
Aunque aún la ciencia no logra predecir el momento de la ocurrencia de un movimiento telúrico de magnitud, los científicos han identificado zonas de alta vulnerabiliad a este fenómeno. En efecto, Barahona y Azua están bajo constante amenaza sísmica por su ubicación.
Como conocedor de las características sísmicas que comparten Haití y República Dominicana, quien fuera el asesor científico del Poder Ejecutivo en materia de Geociencias y Sismicidad (2017-julio 2020) recomienda la implementación de un plan de ordenamiento territorial, en el que las construcciones de estructuras sensibles como hospitales, escuelas, iglesias, estadios, gobernaciones se prioricen en terrenos rocosos.
“Está más que demostrado que en las rocas las ondas sísmicas de corte viajan rápidamente y por tanto no tienen energía residual para amplificarse, pero cuando esas ondas llegan a un suelo flexible, de arcilla, arena, graba, aluvión, caliche, como son suelos flexibles y la onda de corte no puede viajar a alta velocidad, se ven obligadas a amplificarse y esa amplificación genera altas fuerzas cortantes que tienden a destruir las edificaciones”, precisa.
Consultado sobre el particular, el presidente de la Sociedad Dominicana de Sismología e Ingeniería Sísmica, recomienda construir conforme a las especificaciones descritas en el reglamento para Análisis y Diseño Sísmico de Estructuras.
Héctor O’Reilly señaló que en función de la realidad sísmica de la República Dominicana se redactó el Código Sísmico de Construcciones, aprobado en 1979, y actualizado en el 2011.
“El código toma en cuenta las características de las fallas incluyendo la de Plantain Garden, porque evidentemente que los sismos no tienen frontera…”, añadió.
Conforme a cada país, esas normas son de aplicación obligatoria, en el caso de República Dominicana un decreto lo ampara. “De manera que todos los proyectos que se hacen en el país, incluyendo los habitacionales, tienen que tener una licencia y si la tienen necesariamente tienen que cumplir con ese código”, dijo. No obstante, sostuvo que a veces ocurren distorsiones en el Estado. Puso como ejemplo la construcción de hospitales, cuyos planos no pasaban por instituciones cualificadas como el Ministerio de Obras Públicas.
“Los últimos hospitales que se han construido sí aplican las normas sísmicas y la mayoría de esos planos se verifican en Obras Públicas o se contratan ingenieros consultores que producen y analizan esos planos para que estén de acuerdo a las normas”, indicó.elcaribe