Dirigente del PRM Guido Gómez Mazara dice: “El PLD se jodió cuando el pueblo dominicano despertó y se dio cuenta de todos sus engaños”
Santo Domingo.- El dirigente del Partido Revolucionario Moderno (PRM), Guido Gómez Mazara, analizó las razones de cuando el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), comenzó a joderse y señaló que esto sucedió cuando el pueblo dominicano despertó y se dio cuenta de los engaños de la organización política.
“El PLD se jodió porque éticamente la sociedad supo de su engaño. En el sentido real, lo que se traduce en procesos judiciales y persecución del ministerio público representa la formalización y/o el hecho y documento palpable de encontrar todas las vías posibles de acumulación indecorosa. Inclusive, la calificada Operación Pulpo exhibe como imputados a ciudadanos de innegables vínculos con la organización, pero no están asociados a la estructura institucional ni poseen mandos partidarios”, dijo Mazara en su artículo publicado en el Hoy, bajo el título “¿Cuándo el PLD comenzó a joderse?”.
¿Cuándo el PLD comenzó a joderse?
Por: Guido Gómez Mazara
Las organizaciones políticas colapsan, entre otras cosas, desde el momento en que la agenda de sus cúpulas se divorcia del interés de su militancia y la sociedad con un sentido de inteligencia elemental intuye que las urnas representan la instancia por excelencia para penalizar el aberrante rumbo de los dirigentes transformados en vulgares comerciantes. Por eso, con posterioridad a los líderes insignes que orientaron la vida partidaria ajusticiado Trujillo, se entendió que la norma en el ejercicio público tenía que caracterizarse por la formación, los valores democráticos y el talento, como sello distintivo en la edificación del éxito y avance en la búsqueda del poder.
Tanto el Partido Revolucionario Dominicano y Partido Reformista, sufrieron el impacto de una escasa referencia por la decencia en sus gestiones porque algunos de sus funcionarios incurrieron en actos de corrupción, dejándole la cancha ética a un partido que, como el PLD, estructuró en la referencia moral una inteligente forma de distanciamiento del resto de los exponentes de la clase partidaria, y a la vez, abonando el terreno de un sentido reputacional de las simpatías que injusta y equivocadamente asumía de sinónimo una noción de honestidad en el barrio, callejón, municipio, paraje, provincia, blindándolos frente al resto de los integrantes de los partidos.
Ahora bien, el eje protector lo representó Juan Bosch. No obstante, en la medida que las facultades del fundador del PLD se reducían, aumentaban y se hacían visibles las manifestaciones y afán de movilidad financiera de una parte importante de su dirigencia.
Un capitulo olvidado, pero necesario para poner en contexto el punto de partida de la fase de joderse un partido empieza por los desafíos y desesperación mostrada por los llamados al relevo que, sin sentido de la historia, apuestan a quebrar los referentes esenciales.
Así, en medio de unas elecciones robadas, una franja del PLD pragmático encontró en un legendario dirigente con horas de respetabilidad revolucionaria, extrañamente “apto” para entender que, en el toma y daca, de un ¡que se vaya ya!, la presidencia de la cámara de diputados representaba la cuota de compensación y néctar para saborear futuros pactos que lo harían confiables a la fuerza que les robó la esperanza en el año 1990.
La transformación posterior necesitó un cambio en la conducta y comportamiento de su élite que asumiría mayor entendimiento en la cultura de las contratas y los niveles de acumulación, pasaron de hacer de los Ladas y Volkswagen sus vehículos preferidos, dándole importancia a las yipetas, ya los intermedios Camilo Cienfuegos y Salvador Allende representaban referencias de una formación inútil, hasta la fascinación por las canciones de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, fueron desdibujadas de su mundo musical. En definitiva, eran otros. ¡Y la gente los veía!
El PLD se jodió porque éticamente la sociedad supo de su engaño. En el sentido real, lo que se traduce en procesos judiciales y persecución del ministerio público representa la formalización y/o el hecho y documento palpable de encontrar todas las vías posibles de acumulación indecorosa. Inclusive, la calificada Operación Pulpo exhibe como imputados a ciudadanos de innegables vínculos con la organización, pero no están asociados a la estructura institucional ni poseen mandos partidarios.
Los allegados colindaban y se beneficiaban por lazos de familiaridad o estar anclados con todo un tinglado de excesos administrativos, y lo cuesta arriba, es proyectar el circulo íntimo y exquisito que contribuyó con la quiebra de productores agrícolas porque desde el palacio nacional utilizaban sus influencias y priorizaban sus negocios, imagínense las diabluras de los que utilizaban la construcción de las cárceles del país para ventajas y los desbordamientos derivados del negocio eléctrico con sus reconocidos protegidos del gobierno pasado.
Se jodieron porque priorizaron el dinero frente a la política. De ahí, las perturbaciones procesales y las futuras, con la gravedad de que la ejecución institucional tendrá como responsables a un personal sin ningún tipo de relación con el gobierno actual. ¿Se tendrá el tupé de acusar a doña Miriam Germán Brito, Yeny Berenice Reynoso y el magistrado Camacho de instrumentos de retaliación?