Sobre el rapero Saymol Fyly planea un oscuro horizonte judicial por su participación en la trama desmantelada en Madrid que prostituía y obligaba a vender drogas a menores de edad en situación de desamparo.
El artista dominicano está acusado de un delito de abuso sexual y de otro contra la salud publica por su relación con estos hechos. Sin embargo, el músico se considera a sí mismo víctima: «Quieren difamar a uno pero no pueden. No hay nada».
El joven cantante de 21 años fue detenido a finales de noviembre por agentes de la Policía Nacional, según ha podido saber este diario por fuentes policiales. Sin embargo, su implicación en esta trama no se había hecho pública hasta este lunes cuando también se ha sabido que había sido apresado otras veces por robo, agresión y violencia machista.
Un lapso en el que el rapero afincado en el madrileño barrio de Villaverde -donde se desarrollaba la parte mollar de la trama criminal junto con los distritos de Usera y Puente de Vallecas- aprovechó para hacer un videoclip en el que escenifica su detención a manos de agentes encapuchados.
Según ha podido saber este diario por fuentes policiales, Saymol era una de las piezas periféricas que formaban parte de esta trama criminal: el artista conocía a algunas de las 10 menores prostituidas y obligadas a vender droga por una organización que ya ha sido desmantelada tras la detención de 37 adultos.
La relación entre el rapero y las chicas que cayeron en las garras de esta red se producía tanto en el plano físico como en el plano virtual. Saymol había tenido contacto con varias de las chicas y les había ofrecido salir en sus videoclips de rap. Unos vídeos subidos a su canal de YouTube en los que aparecen varias chicas jóvenes bailando twerking, una danza originaria del caribe que con movimientos de glúteos y caderas emula el acto sexual.
Entre las víctimas que conocía el rapero se encontraba una menor de origen marroquí de 17 años que estaba siendo prostituida y que resultó pieza clave para desmantelar la red de proxenetismo y narcotráfico. Actualmente la joven tiene el estatus de testigo protegido.
Tras conocerse la noticia de su detención este lunes, el propio Saymol reconoció a través de un directo en su cuenta de Instagram que él «tenía dos panas metidos en esa vaina» que actualmente se encontraban en prisión provisional y justificaba su inocencia por el hecho de que él se encontraba en libertad, aunque sin ahondar que pesan sobre él dos cargos por su participación.
Una reclamación de su inocencia para la que el rapero (que acumula más de 12 millones de visualizaciones en su canal de YouTube) utilizó su propia cuenta de Instagram mientras paseaba por Villaverde en compañía de otro hombre de origen dominicano.
Durante más de media hora, el artista pronunció su alegato asegurando que «vienen a por nosotros porque estamos de moda y nos estamos haciendo con todo aquí en España».
Mientras mandaba su mensaje, el joven fue recorriendo distintos puntos del barrio de Villaverde. Primero recaló en su casa, donde una mujer le recibió al grito de «vete al diablo» y a lo que él respondió entre risas que «Ahorita llego y me está chuleando. ¿por qué son así las mujeres?». A continuación, se dirigió a una vivienda en la que se encontraba otro hombre no identificado para recoger «un cuartito» y finalmente llegó a un banco en el lió un cigarro de fabricación industrial en papel de arroz al que le sacó el filtro antes de fumárselo.
Mientras tanto, tildó a los españoles de «racistas» y aseguró haberse sentido maltratado por la policía. «Me tienen ganitas desde que ando por la calle», dijo. Además, según su versión, algún agente se habría dirigido a él de forma despectiva en alguna ocasión.
Un directo durante el que aprovechó para interactuar con sus seguidores, algunos de los cuales le acusaban de proxeneta y él respondía de tajante con «¿Lo viste? ¿Estuviste ahí?» y aseguró que quienes le criticaban podrían causarle «daño psicológico».
Mientras tanto, otros espectadores le decían que la noticia de su detención contribuiría a hacer despegar su carrera musical. Sin embargo, Saymol aseguraba que «no quiere fama de proxeneta» al mismo tiempo que pronosticaba que su próxima canción alcanzará los dos millones de reproducciones por la atención mediática.