La capital de Haití está hoy paralizada nuevamente en protesta por el aumento de la inseguridad y la crisis de combustible que amenaza todos los sectores, en especial el sanitario.
Varias uniones sindicales llamaron a la huelga general, y amenazan con que el movimiento se extienda en los próximos días si el Gobierno es incapaz de solucionar los problemas de inseguridad, responsable de unos 800 secuestros en lo que va de año, además de la problemática del combustible ante la crisis que sufren los hospitales.
La mayoría de las actividades se encuentran paralizadas este lunes. Las escuelas cerraron sus puertas, así como mercados, bancos, instituciones de la administración pública, mientras la transportación colectiva funciona de manera tímida en solo algunas zonas.
SEGUNDO MOVIMIENTO EN UNA SEMANA
Este es el segundo movimiento de este tipo en una semana, luego de que el lunes y martes pasados los transportistas promovieran un paro para reclamar al ejecutivo asumir sus responsabilidades y normalizar la situación del país.
Este lunes, las diversas misiones de Naciones Unidas alertaron que en dos de los principales hospitales de la capital se interrumpirán los servicios de pediatría para 300 niños, la atención de salud materna a 45 mujeres y la atención crítica de otros 70 pacientes si no se reciben insumos.
La Asociación de Hospitales Privados de Haití amenazó con cerrar unos 40 centros de salud que se encargan de prestar más del 70 por ciento de las urgencias y de la atención hospitalaria a la población a partir de este lunes.
Por su parte, el Gobierno confirmó la apertura de un corredor de seguridad en el eje Varreux/Martissant 23 para facilitar la libre circulación de los camiones cisterna.
La inseguridad llevó a los conductores de productos petrolíferos a la huelga, y el cierre de facto de las gasolineras provocó protestas la semana pasada.
CRISIS COMBUSTIBLE DESDE JUNIO
Desde junio Haití se hunde en una crisis de combustible, pues el enfrentamiento de las bandas armadas por el control de Martissant, limitó la distribución del rubro además de empujar a más de 19 mil personas a abandonar sus hogares.
De acuerdo con la ONU, las bandas controlan actualmente cerca del 40 por ciento de Puerto Príncipe, sin que las autoridades puedan contrarrestarlas.