En su afán de burlar los controles de las autoridades para el lavado de dinero procedente del narcotráfico, los supuestos integrantes de la red del caso Falcón utilizaban distintos medios para mover recursos. La inversión en diversas actividades comerciales es uno de los aspectos fundamentales que se detallan en la solicitud de medida de coerción, en la que también se refieren pagos en efectivo en dólar o depósitos diarios, así como el uso de placas de exhibición falsa para evitar las alertas de lavado. El grupo está acusado de conformar una red internacional de tráfico de drogas y armas, hacia Estados Unidos, Europa y Puerto Rico, así como de lavado y financiar campañas políticas ilícitamente.
Erick Randhiel Mosquea Polanco (prófugo), supuesto cabecilla del entramado y a quien las autoridades definen como un poderoso y temido narcotraficante internacional que tenía su centro de operación en Santiago ofrecía pagos en efectivo o transacciones diarias, como parte de su modus operandi.
En la solicitud de medidas de coerción que presentó el Ministerio Público contra 21 de los supuestos integrantes de la red, se detalla que Mosquea Polanco coordinó el pago por adelantado de ventas futuras de combustibles por montos millonarios, como una de sus estrategias para transparentar dinero producto de sus actividades ilícitas de narcotráfico