Prefacio
La diferencia fundamental que existe en el mundo de los seres vivos entre el hombre y los animales, estriba de manera radical en que los primeros hacen uso del razonamiento y los segundos, del instinto animal. Ahora bien, cuando en el hombre no existe el juicio crítico y da paso a una adhesión incondicional, ciega y que lo impulsa a una conducta violenta e irracional en defensa de una idea, es porque se ha llegado al fanatismo.
¿Qué es el fanatismo?
Ello no es más que la defensa apasionada, irracional y una adhesión incondicional a una causa al estar convencido de que su idea es la mejor, la única y válida en relación a las demás. Su mayor incidencia radica -sobre todo- en la política, la religión y los deportes en menor grado que las dos anteriores.
En el campo político -que es el que me interesa en este tema- si hay una ideología y seguidores radicales en ese sentido, sin lugar a dudas, son los apologistas del marxismo-leninismo y que ahora de manera graciosa no les gustan que les llamen «comunistas,» sino «socialistas». Obviamente, para hacerse más «digeribles» y desligarse de lo que fue la caída del Muro de Berlín y la disolución de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) ante el fracaso de esa metodología política y sistema económico.
Como ya es conocido, para los defensores de estos regímenes totalitarios y comunistas, todo cuanto hacen esos gobiernos está bien hecho; se consideran que están por encima de los demás estados y hacen creer que sus gobernados viven en un paraíso; que las críticas no existen, que todo marcha viento en popa y que nada falta. Que cuando los reclamos salen a flote ante el asedio y la mordaza que ellos imponen a lo prensa y a sus ciudadanos, alegan que estos han sido «manipulados y comprados» por las agencias internacionales coludidas con los Estados Unidos.
Ante esta carencia de juicios críticos, de negarse a entender que no son portadores de la razón a juzgar por los resultados que se ven y la manipulación que ellos hacen de la vida y actividades de sus gobernados, he aquí en donde entra a campear por sus fueros el fanatismo iracundo y desmedido de sus autoridades y adláteres cuando hacen referencia a una situacion determinada como ha sido el caso de Cuba recientemente en el mes de julio y que sorprendió hasta a la propia dictadura no costumbrada a ello por el terror que han impuesto durante 62 años a los hijos de José Antonio de la Caridad Maceo y Grajales.
«El bloqueo»: un sofisma de Fidel
Para sus seguidores y algunos articulistas de este medio, Fidel Castro Ruz fue un «genio, un maestro y un gigante de la política». A esos desmesurados adjetivos, yo le anadiría que ciertamente lo fue, pero con el calificativo de un genio en la maldad, un maestro de las mentiras y un gigante en propagar el odio y la división como resultado de los traumas con los cuales creció y que lo hizo odiar y subestimar al prójimo y convertirlos en la diana de sus resentimientos como forma de proyectar el odio y la venganza hacia su padre el cual le negó su apellido hasta que fue un adolescente. Lo mismo sucedió con el orígen de su familia por lo cual fue objeto de burla en su pubertad.
Ambos hechos les ocasionaron traumas y por igual, el haber sido dado en adopción a una familia haitiana con la cual convivió un tiempo y que lo bautizó «Hipólito», nombre que se quitó escogiendo el de Alejandro para emular al gran Alejandro Magno un ícono de la Antiguedad y el más heroíco y grande de los conquistadores. Obviamente, rasgos de su megalomanía en proyeccción.
¿Qué es un sofisma?
Se entiende como un «sofisma», el argumento capcioso o aparente con el cual se pretende demostrar que lo falso es verdadero. O sea, un falso razonamiento elaborado con el propósito de engañar. Este mecanismo es un recurso muy usado en el derecho penal y, si hay una ciencia social en la cual es el rey indiscutible, lo es en la política y Fidel Castro lo usó espléndidamente tanto en su calidad de abogado y como político. Bajo esa premisa, elaboró uno que hasta el día de hoy, sus fanáticos les dan viso de legitimidad y, lo más importante: es el argumento favorito para justificar el fracaso del socialismo en Cuba. Definamos pues los conceptos para entender la idea.
El sofisma que utilizó Fidel Alejandro Castro Ruz se le conoce como el «sofisma de la distracción» que es un discurso elaborado bajo hipótesis muy débiles y en la mayoría de los casos falsas, con la finalidad de levantar cortinas de humos con el objetivo de engañar a vastos sectores poblaciones y de paso, moldear la opinión internacional.
¿Qué es un embargo comercial?
Ello no es más que cuando una nación -en este caso los Estados Unidos- estabece una política para no realizar ninguna actividad comercial con otra que en este caso es Cuba, y no permitir que sus propios puertos o posesiones en el exterior se utilicen para ejercer actividad comercial alguna con ese país. Es oportuno aclarar, que el embargo comercial es un derecho inalienable de cualquier nación. En el caso de Cuba, recordemos que eso fue una reacción política de los Estados Unidos en base a la expropiación por parte de Cuba a raíz de la revolución de 1959, sin que el gobierno comunista asumiera el pago de las compensaciones debidas y sujetas al derecho internacional y de las cuales Cuba era signataria. Una violación al comercio internacional.
¿Qué es un bloqueo?
La finalidad de un bloqueo es cerrar el comercio internacional por la fuerza militar -cosa que no sucedió ni sucede respecto a Cuba- cerrar sus costas y fronteras. Como Cuba es una isla, sería bloquear sus costas y espacio aéreo. Un bloqueo impide que terceros realicen una actividad normal y eso no sucede con Cuba, pues esta tienen toda la potestad de negociar con cualquier país. Un bloqueo es más un acto de guerra que ejercer las propias prerrogativas económicas y para ello se utilizan tácticas militares para ser llevado a cabo.
Se le puede aceptar que un orate, una persona poco versada sobre tópicos políticos y culturales se exhiban como papagayos o cotorras a propalar absurdos como eso del «bloqueo» y repetirlo sin tomarse la molestia de investigar y comprar entre una cosa u otra. Pero, que un abogado, un periodista, un articulista, un escritor o una persona con una mediana inteligencia o capacidad cognoscitiva, propague a sabiendas o se deje utilizar por un sofisma de Fidel Castro para justificar su fracaso político y económico, eso desdice mucho de sus juicios, análisis y aval moral ante la opinión pública.
Si a mí que soy un ardiente defensor del Estado de Israel me preguntan si esta nación ejerce un bloqueo en contra de Cisjordania, mi identificación con el glorioso pueblo de Israel, no debe ser motivo para negar lo que es una realidad. Eso no lo hace un comunista, porque para ellos, aceptar las verdades les cuenta mucho y son reacios a reconocer que han fracasado. Aunque, debo reconocer que Israel lo hace en virtud de que ese territorio constituye un cercano y preponderante peligro para la nación judía por tener dicho territorio un enjambre de terroristas con Hamás a la cabeza. Entonces, el bloqueo es válido por la propia supervivencia del Estado de Israel.
Lo que sucedió en Cuba en el mes de julio pasado, no es más que el fastidio y hastío de un pueblo cansado de tantas arengas revolucionarias, palabrerías huecas y sin sentido, falso chauvinismo patrótico, una dictadura vetusta, corrupta, una claque militar y familiar que vive de manera esplédida y sin el afán del cubano promedio para poder subsitir ante una nación en donde todo escasea, no hay comida, medicinas, trabajo y ser un profesional no es motivo para lograr metas económicas porque no pasan de ser simples peones de un Estado esclavista que los utiliza a su antojo, como ha sido el caso de los médicos cubanos. (Ver mi artículo: https://almomento.net/cuba-y-sus-esclavos-de-las-batas-blancas/.
Para la familia Castro, los altos jerarcas militares, funcionarios y altos miembros del Partido Cubano, para ellos no hay bloqueo: usan autos lujosos, viste bien, comen bien, ganan buenos sueldos, puedan viajar a donde quieran, viven en cómodas casas y no sufren de las penurias del pueblo cubano.
Fidel Castro Ruz entendió al ocurrir el desplome de la Unión Soviética y ante la ineficacia de una economía basada en el marxismo-leninismo, que lo que le venía a Cuba no era poca cosa por su calidad de Estado parasitario y una especie de sanguijuela para la economía soviética. Su revolución había destruído el aparato económico que generaba la riqueza y el dinamismo económico de Cuba, al haber expropiado cientos de empresas extranjeras, auyentado las inversiones foráneas y forjado un Estado paternalista basado en una economía marxista que ni sirve ni funciona.
No había forma de cómo sostener ese estado de cosa y fue ahí que el pueblo cubano conoció y sufrió el llamado «período especial» (1990-93) una situación de extrema pobreza que afectó a Cuba, hasta que llegó su Chapulín Colorado con uniforme de coronel venezolano de nombre Hugo Rafael Chávez Frías, que vino a suplir el vacío dejado por la ubre rusa y ya conocemos el resultado para la patria de Simón Bolívar al pasar a sostener a la Cuba parasitaria, oportunista y mala paga: ambas naciones han caído al precipio de la indigencia, porque como dijo Hugo Chávez: «A donde vaya Cuba irá Venezuela».
Amigos lectores, la realidad de los hechos no se pueden ocultan con frases o sofisma baratos. La verdad es que Cuba está quebrada, no hay dinero y tampoco lo puede generar por el sistema político y económico que Fidel Castro se empecinó en mantener a sabiendas de que no servía. Pero, como siempre les he dicho, a los comunistas les cuesta reconocer sus fracasos y mucho menos a Fidel Castro Ruz, un megalómano, narcisita y egocentrista que llegó a considerar que Cuba le quedaba pequeña . Por esa razón se ideó un sofisma: «el bloqueo» y un culpable: los Estados Unidos con la finalidad de encubrir su fracaso. !Definitivamente Fidel, la historia no te absolverá!
